domingo, 6 de noviembre de 2016

¿Qué te gusta sentir?


A diario experimentamos una tonelada de situaciones que crean en nosotros recuerdos que apreciamos, que llegamos atesorar o que según Intensamente se convierten en recuerdos principales ¿Por qué los apreciamos? ¿Por qué las actividades de estos recuerdos no hacen taaaan felices? Un día mientras esperaba el bus y me caían unas gotas en la piel pude concluir algo que no se si  ustedes ya lo habían hecho.

De las cosas que más disfruto es poder viajar con los vidrios abajo, casi no pasa por obvias razones. Pero cuando hago viajes en carretera o por el anillo  todos los que me conocen bien saben que bajare los vidrios y que al bajarme del auto gracias al roce de la brisa mis colochos no parecerán colochos. Revolviendo en mi archivo de recuerdos ubique el motivo de mi agrado por sentir el viento. Me remonta….a *no se encuentra fecha* a una recta rodeada de pinos , muy altos,  el sol baña toda la carretera , el viento me da directamente en la cara y todo lo que huelo es aire puro . Al ver al interior del auto y detener mis ojos en el retrovisor veo el reflejo de mi tío con lentes de sol disfrutando de mantener el acelerador presionado. Ese momento está congelado, varado en el tiempo (como si Dr. Strange hubiera usado el ojo de Agamotto ) puedo repetirlo una y otra vez a mi antojo(sin que sea una tortura obvio);  esté en un circunstancia similar o sienta solo nostalgia.


                                                              Foto almacenada del recuerdo.


 Aja y…¿qué es lo relevante? Bueno que por una extraña razón cada vez que puedo bajar las ventanas (y si me dejan medio sacar la cabeza) soy feliz,  puedo estar muy enojada antes de subir al auto y después de eso,  bajarme  y  ser feliz,  ser puras sonrisas y abrazos. Me pongo de tan buen humor como cuando puedo  flotar en el mar al son de la marea bajo los rayos del sol y  todo lo que escucho  y siento  es el murmullo de las olas. ¡Uy! O como después de  sentarme a comer mi postre o comida  favorita ya sea  un buen tiramisú o pie de limón, una rica pasta o unas buenas papas chucas. Hacer una de estas cosas automáticamente me pone de buen humor, es como terapia sin receta y con resultados, que es lo importante. Cada quien tiene sus métodos o como dice mi mami: cada loco con su tema. 

Hay muchas personas que aman leer,  participar en carreras de autos, jugar videojuegos, ir al estadio, tocar la guitarra,estar con una persona, ir a la iglesia (I do)  o hacer ejercicio  y en ellos encuentran felicidad y serenidad. Esto los hace  convertir  estas actividades en su fuente de desahogo o a veces en sus acciones favoritas. En ciertas ocasiones creemos que es por la estrecha relación que estas actividades tienen con nuestro pasado, las personas involucradas o los lugares y no reparamos que es por las sensaciones, sí. Son las sensaciones, es por lo que causan estas acciones en nuestro cuerpo. ¡Uy! ¿Y cómo así? ¿A quién le doy las gracias? Pues te cuento que a tu cerebro, ya que es el encargado de administrar a dos amigos de los que somos BIEN dependientes. 

¿No que no le entrabas  alas drogas?


¿Vieron que no son dinosaurios? Estos neurotransmisores son los responsables  del aumento de la frecuencia y presión cardíaca, regular el sueño, la atención y la actividad física. También coordinan la memoria (no hacen un buen trabajo conmigo ya que tengo malísima memoria) la atención y la solución de problemas. La dopamina se encarga de regular la motivación y el deseo y hace que repitamos conductas que nos proporcionan beneficios o placer, la serotonina  es la encargada de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo. Ahhhhh tiene sentido ¿no?
Nuestro cuerpo es perfecto, como una orquesta, cada sistema funciona a su propio ritmo, movido por diferentes estímulos. De la dopamina se desprende el miedo, la bien conocida adrenalina e incluso(si no habían deducido como yo) los niveles que tu cuerpo posee de estos neurotransmisores tienen que ver con tu personalidad o peso; si sos un loro o alguien muy reservado o no podes parar de comer.Es un hecho que entre menos niveles de dopamina hay en tu cuerpo más impulsos por comer sentís…ahhhh por eso cuando estamos triste o estresados  solo queremos comer ¿no?

                                                 Mi comportamiento durante la semana de exámenes.

Ya sabemos cómo inyectarnos felicidad o al menos como hacer que nuestro cerebro la libere para sentirnos mejor. Cabe recalcar que la ausencia de estas sustancias en nuestro cuerpo termina en depresión o tristeza,  siendo realistas no son emociones ricas de sentir muy a menudo. Todo es mejor con medida hasta le “felicidad” en extremo  no es buena. Lo importante de esto es saber lo que nos hace bien para estar bien, no hay mejor cosa que saber contrarrestar el estrés (mi peor y más frecuente enemigo), la tristeza (que a todos nos acecha de vez en cuando) y a esos súbitos cambios de humor. ¡No te déjes vencer! Espero esto haya sido de tu agrado y de utilidad. Conocerte es saber tratarte. 

Que seas muy feliz (ahora ya sabes como), no te olvides de darle me gusta y compartir, hasta el siguiente post. 




2 comentarios:

  1. ¡Excelente! SI soy sincera a mi me fascinan las gotas de lluvia en los vidrios cerrados y sentir la briza, muy importante el hecho de que hablaras de la dopamina y serotonina, muchas veces no nos percatemos del poder de estos dos personajes en nuestro cerebro.

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  2. Es bueno aclarar que las personas con depresión clínica tienen deficiencia uno de estos pequeños amigos y debe ser tratada. A mi me gusta sentir el calor de una fogata en mi rostro una noche de campamento.

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